El mundo ha cambiado y con él han llegado nuevas formas de comunicarnos. El meme, es una de las nuevas herramientas que han llegado para convertirse en una nueva modalidad de manifestación cultural tal y como lo fue rap en la década de los 80’s.
En un reciente artículo publicado en el New York Times, se expone la gran influencia de los memes en la sociedad, desde el punto de vista cultural hasta el político.
Aunque los memes no son considerado como «arte», podría llegar un punto donde en donde logren entrar en ese renglón, junto a las las fotografías, los cómics y los grafitis, modalidades que no tardaron mucho en ser considerados arte.
El crítico cultural como hacedor de metamemes. pic.twitter.com/of6XUn2WPY
— Jorge Carrión (@jorgecarrion21) August 27, 2020
Los memes constituyen un auténtico telón de fondo de nuestra época. Dice la investigadora y activista An Xiao Mina en Memes to Movements que son el “street art” de internet. Si el rap o el grafiti dieron expresión artística al malestar social de los años ochenta, muchos de los memes que se producen y consumen expresan el virtual del siglo XXI.
Asimismo, los memes digitales apuntan a una diana con varios círculos concéntricos: el sexo, la comida, el humor, la pertenencia a una comunidad o la autorrealización. Su objetivo es la difusión masiva. No en vano son la evolución digital de lo que Richard Dawkins definió como meme en su libro clásico de 1976, El gen egoísta: las ideas virales, los conceptos que triunfan en las sociedades humanas y pasan a formar parte de la genética cultural.
El poder de un meme
La efectividad de meme puede medirse en la velocidad que es compartido y en cómo es aceptado en determinada comunidad. Políticos y algunas compañías ya están utilizándolos para persuadir a las personas.
Si bien millones de personas se pueden llegar a reír, simultáneamente, por el mismo meme, también grandes masas de población pueden decidir cambiar sus percepciones sobre la inmigración, un partido político o la violencia de género tras recibir esas viñetas de opinión, esas píldoras efímeras, esos chistes textovisuales. (extracto sacado del artículo de NYT)