Decenas de celebridades fueron atraídas por la gala del Metropolitan Museum of Art (Met) de Nueva York, donde sorprendieron con sus llamativos y caros vestuarios. Kim Kardashian fue una de ellas, aunque solo se supo que se trataba de ella por su figura, ya que iba enfundada en una malla negra de los pies a la cabeza.
El estilo de Kim marcó la diferencia y atrajo la atención de los asistentes y de los internautas de las redes sociales que, incluso inundaron el internet de menes relacionados con la participación de la empresaria en la gala del Met, a la que asistieron 400 actores, músicos, modelos, deportistas y estrellas de las redes sociales.
La gala del Met es un acto benéfico anual para el Costume Institute, una rama del museo consagrada a la moda, que tiene su propio presupuesto y es financieramente independiente del propio Met.
Creada en 1948, la gala fue durante mucho tiempo un acontecimiento reservado a la alta y adinerada sociedad neoyorquina, principal fuente de patrocinio del Met.
Se fue abriendo poco a poco a partir de los años 1970, antes de transformarse tras la llegada de la gran sacerdotisa de la moda y editora jefe de Vogue, Anna Wintour, en 1995.
Ella impulsó la gala a la galaxia de los eventos “populares”, adaptados a la era de las redes sociales y la democratización de la moda, hasta el punto de que a veces se la compara con la ceremonia de los Óscar de Los Ángeles